miércoles, 4 de marzo de 2009

SEXO SIN TEMOR

El romance, el amor y el sexo son una parte muy importante en la vida, y deben provocarte gran placer y felicidad, nunca malestar
Desde que eres pequeña desarrollas una curiosidad en torno al sexo; recordarás que jugar “al doctor” y “a la casita” con mucha cercanía física se vuelven un poco eróticos, y entonces la educación familiar interviene para determinar lo que es bueno y lo que es malo.
Pero también de niña te enseñaron a alejarte de las personas que quisieran tocar tu cuerpo, a decir no para protegerte de alguien que no tuviera buenas intenciones. Pero hoy que eres adulta, ¿realmente sabes decir no fuerte y claramente?
¿Te sientes presionada?
Si tienes novio, está junto a ti el chico que tanto te gusta o eres casada, debes saber que en cualquier relación sentimental se deben respetar los deseos sexuales de la pareja.
Si tu voz interior te dice que no debes hacer algo, es porque no estás convencida. Entonces di no fuerte y claramente, y ese no incluye desde un beso, hasta una caricia o una relación sexual. Sigue tus sentimientos y no tengas pena de no querer acceder a las presiones de nadie.
Incluso besar a un chico sin estar completamente convencida de querer hacerlo, crea una situación de estrés entre él y tú, y te hace sentir tan incómoda que se puede ocasionar una fractura en la relación.
Cuidado con los pasos en falso
No experimentes cosas nuevas sólo porque los demás lo hacen, tú vive tu propio momento cuando sientas que estás preparada para disfrutarlo y sin sentirte culpable. Piensa que el sexo debe ejercerse libremente, cuando tú te sientas bien y a gusto con la persona con la que estás.
Sé siempre coherente con lo que piensas y actúa de acuerdo con lo que sabes que no te ocasionará sentimientos de culpa o arrepentimiento.
Si tú sientes que alguien te está presionando sexualmente, con un beso, con cercanía física corporal, con la mirada, etc., aléjate de esa persona y si lo crees necesario habla con alguien de tu confianza sobre lo que está ocurriendo y pide ayuda.
Lo mejor es que no te precipites para aceptar tener sexo, porque corres el riesgo de herirte a ti misma. Toma tus propias decisiones, no para darle gusto a nadie más, ni para ser aceptada en algún grupo, sino para sentirte bien contigo y con tu pareja.

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